miércoles, 30 de julio de 2008

PARA ELOY


Por tu comentario, puedo intuir -sólo intuir- como te sientes, Eloy. Imagino que estás en ese momento post-diagnóstico recibido con mayor o menor impacto según la calidad humana de la persona que lo haya transmitido.

Te veo ahora mismo en ese pozo oscuro por el que caes, con la luz de la salida cada vez más lejana, tan sólo un puntito que acaba por cerrarse en el horizonte de las ilusiones y los sueños.

Aunque ahora te parezca mentira, esa luz volverá poco a poco a iluminar tu existencia y la de Sergio. Poco a poco también, eso que defines como castillos de arena a los que alcanza una ola traicionera volverán a levantarse; puede que sin la vanidad y perfección de unas almenas erguidas, pero te aseguro que con la belleza y la osadía de la imaginación.

Comienza -es verdad- esa odisea de desconcierto, miedo y angustia. Y me gustaría poder abrazarte, consolarte y decirte que Sergio se integrará en el nuevo cole, que contará con los apoyos que necesita, que todo irá bien. Pero no lo sé. Nadie lo sabe.

Lo que sí es cierto es que no estás sólo en esta batalla; que somos muchos los que hemos sentido desesperanza contigo y llorado un millón de veces tus lágrimas; que nos tienes a tu lado para compartir tu dolor y que tu soledad lo sea menos; que tienes que aprender un nuevo camino para ser padre de un forma distinta, con otras expectativas y otras metas; que tendrás que darte la vuelta como un guante para cambiar tu escala de valores. Y que todo eso, aunque ahora te parezca imposible, tendrá una recompensa tan extraordinaria que Sergio y tu os pondréis el mundo por montera.

Me ha impresionado el post de tu blog, donde escribes que "tal vez nunca pueda entender un poema, ni captar el mensaje que esconde cada palabra, cada espacio, cada acento". Tal vez sea así, Eloy. Pero puedo asegurarte que Sergio comprenderá a su manera y mejor que nadie que hayas conocido jamás el valor de tus besos, tus abrazos, de tus "te quiero", de tus caricias, de una lágrima tuya por un avance imperceptible para los demás, de tu sonrisa... Quizá incluso no sepa ni demostrártelo.

Pero tu indagarás en sus ojos o en sus manos y sabrás que él sabe...

Me quedo con tu "aun así, lo quiero más que a nadie. Aun así, todavía no soy capaz de encontrar las palabras para escribirle un poema lo suficientemente bueno". No existen, Eloy, esos términos. AMOR, con mayúsculas y sin prejuicios, es lo que más se acerca a nuestros niños.
Bienvenidos al viaje.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Nunca lo habría dicho mejor.
Eloy, Lucia, ya os lo escribí en privado. Mi abrazo y mi empatia.
Desde este Estrecho que compartimos.
Esperanza

Anónimo dijo...

Ay, apenas aterrizando, jet-lag suavizado con mate, adormecido con tangos e impregados de belleza, y ya el cole.
Que desasosiego, que falta de confianza, que sensación permanente de estar equivocandome, que equivocados estan los responsables de su educación, que perdida esta su maestra, cuanta falta de empatia, que cansada estoy de que se me pida paciencia.
Ay, se me fue el sueño.
A ver si recupero la calma. Me va a hacer falta, pues todo parece estar mas o menos igual, "lo menos malo" tal como lo definió el politico de turno, rollo, rollazo, rollo, rollo.
Ay.
Un beso fuerte,
Esperanza ya de nuevo en el Estrecho.

Anónimo dijo...

Me asomo de nuevo Amparo. Es de estos días en que me aguanto las lágrimas. Llueve, y pesar de ello he paseado en silencio, me he puesto chorreando.
Mi niño se me hace grande. Será el otoño, me dicen que pasa cada cambio estacional, pero yo no me acuerdo. Esta imposible, no atiende nada, no se relaja, va de un lado a otro, se multiplicaron las ecolalias, esta espastico... Supongo que será el día, que sé yo, el caso es que estoy agotada, y bueno, no sabía a quien contarselo.
Soy Esperanza y al fin estoy llorando.